"... que nadie asienta en callada agonía!"


Rompiendo el esquema del relato de viajes, hoy entre el agobio, el trasnocho y el desasosiego debo escribir que no sólo no estoy conforme con los resultados electorales, me da tristeza que aún haya tanta gente que le interese seguir viviendo mal y denigrando su propia identidad.

Al señor presidente "electo" le digo que no lo quiero, que concientice que se está sentando en una silla que no le pertenece, que tiene veintiocho millones de empleadores que requieren y demandan mas educación, mas salud y por encima de todas las cosas mas seguridad, mas respeto a la vida, mas dedicación a la integración de los venezolanos, cosa que es bastante dudosa porque la soberanía no se divisa.

Venezuela le queda grande, no se la merece, esta tierra es noble, fértil, diversa y él con su estancada mediocridad, con la que sólo pudo salvar la elección con menos de un uno por ciento, debería estar triste y pensar qué fue lo que hizo mal. Nosotros seguiremos sintiendo que somos un pueblo grande y eventualmente haremos valer nuestro Himno Nacional, el despotismo será historia pronto. 


Este país será grande siempre a pesar de estar gerenciada (malamente) por gente que no está a la altura del compromiso. Es menester de los que no estamos de acuerdo, seguir haciendo país, poniendo yeso en las fracturas en las que caímos por haber dejado en el poder tanto tiempo a gente que no tiene la capacidad de manejar y mucho menos de entender que son empleados no jefes.

El futuro no está escrito, hoy soy mas venezolana que nunca y llamo a la unidad del gentilicio, a superar los estancamientos pro políticos y a sembrar semillas de lo que queremos dejarle a las generaciones futuras. Hoy llamo a la paz sin dejarse socavar por la depresión o la tristeza, sin dejarse intimidar, los derechos existen aunque quieran ser tapados por minorías con poder que no entienden que su sueldo lo pago yo en conjunto con veintiocho millones de almas iguales a la mía. 

Johana Milá de la Roca C.



Comentarios

  1. El odio carcome al venezolano y evita el progreso, el discurso a la división ... cuando el deber es de poco en poco trabajar y dar el ejemplo; cuando el discurso agresivo y la envidia es lo que comanda, cuesta trabajar. Una voz que una, dignifique, llame al trabajo al dejar de ver lo malo en el vecino y trabajar por lo bueno es lo que se necesita, es lo que actualmente esta apareciendo y es lo que se necesita. Evitar la violencia e incentivar el dialogo, eso es lo que necesita Venezuela, lo que muy en el fondo necesitamos cada uno para la unión.

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